El indicador que está alterándose año tras año es la temperatura. Desde 1975, el promedio de temperatura está aumentando en forma constante, lo cual llevó a confirmar un cambio climático en forma “inequívoca” por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) en 2007. Por este motivo, además, digo que el cambio climático es ya una realidad a la que debemos adaptarnos.
Como consecuencia del cambio climático, existe hace un tiempo un debate sobre las consecuencias que podríamos experimentar en la provincia de
Buenos Aires.
Hay quienes exponen que
Buenos Aires ingresaría en un clima subtropical en forma paulatina: El Presidente del Consejo Asesor de la Agencia de Protección Ambiental (APRA) y Premio Nobel de la Paz en 2007, Osvaldo Canziani, sostiene que los cambios en el clima convertirán a la Ciudad de
Buenos Aires y alrededores en una zona cada vez mas tropical. Esto lo basa en los cambios de temperaturas observados, así como en las lluvias, vientos y aumento del nivel del Río de la Plata.
Por otro lado, mientras sigamos bajo el embate de frentes fríos y su generación de tormentas severas,
estas podrían aumentar su fuerza o intensidad debido a la mayor humedad ambiente, en caso de darse dicha tropicalización del clima. Como consecuencia, aumentarían los niveles de precipitación, posibilidades de granizo y actividad de tornados y vientos intensos en la región.
Además, notaremos un aumento en las olas de calor que suelen azotarnos en los meses de verano, incluso con varios días seguidos sin precipitaciones.
Otro punto interesante será la
falta de agua: Aunque tengamos mayores precipitaciones, los recursos naturales podrían agotarse con mayor rapidez debido al aumento de temperatura promedio. Por lo tanto, una vez más, deberemos trabajar para entender la importancia de los recursos naturales de nuestro país y ejercer un control sobre su uso y explotación.