El 18 de diciembre de 2013, la brisa de río generó la activación de celdas de tormenta aisladas en Capital y Gran
Buenos Aires.
Una de esas tormentas fue ganando intensidad a medida que se desplazaba lentamente hacia el oeste, dejando a su paso la caída de granizo aislado y ráfagas.
Así se veía esa celda desde Quilmes, zona sur del Gran
Buenos Aires. Se distingue claramente la base de alta precipitación y su importante estructura vertical.