El ciclo solar actual está siendo objeto de estudio cercano ya que su intensidad está superando todos los pronósticos: Recordemos las tormentas solares de mayo de este año, como consecuencia de una importante eyección de masa coronal que formó auroras en gran parte del mundo (desde el sur de Estados Unidos hasta gran parte de Europa, Argentina y Chile). Y en este contexto, la actividad solar continúa intensificándose.

En el mes pasado, se superaron las 200 manchas solares en promedio, lo cual casi duplica el pronóstico oficial. Cuando este ciclo comenzó a finales del 2019 (denominado ciclo solar 25), los expertos predecían un ciclo relativamente débil como su predecesor, el ciclo solar 24. Pero actualmente está camino a ser uno de los ciclos mas fuertes de los últimos dos siglos.

Como vemos en el gráfico de evolución de observación de las manchas solares, los valores observados en el mes de agosto han sido muy por encima del pronóstico (línea roja) y su rango de incertidumbre (área gris). Detrás en la línea temporal se observan los valores de los ciclos 23 y 24. De esta forma, el valor de manchas de agosto se aproximó al máximo del ciclo 23, en septiembre-diciembre de 2001.

En aquel entonces, estábamos en la previa de lo que se llamó la "Tormenta sola de Halloween 2003", en las que el Sol desencadenó 17 grandes llamaradas solares en un período de unas 12 semanas, 15 de ellas superiores al nivel M5 (umbral de eventos fuertes). Luego, el 4 de noviembre de 2003, se desencadenó algo que nadie esperaba: una llamarada final sin precedentes, de magnitud entre X28 y X45, que fue tan intensa que saturó los sensores de medición.

Todo indica que, para el ciclo actual, debemos aún esperar por lo menos dos años de actividad solar por delante.