Chile continúa combatiendo los incendios forestales más trágicos de su historia reciente, con varios puntos ardiendo en la región de Valparaíso y con 112 muertos al momento. La mayoría del fuego comprendía la región costera de Valparaíso, hogar de casi un millón de habitantes, sede del Congreso y de uno de los principales puertos del país.

Por la tarde del domingo, cientos de bomberos, soldados y brigadistas batallaban para apagar varios focos en el centro y sur del país. El mandatario chileno, Gabriel Boric, dijo que sólo en la zona de Quilpué había más de 1300 casas destruidas, un número que podría ser en la comuna de Viña del Mar, una de las más grandes y pobladas golpeadas por el fuego.

Además de Valparaíso, el fuego estaba activo en las regiones centrales O´Higgins, Maule y Ñuble y la sureña La Araucanía. "Sabemos que esa cifra va a crecer, va a crecer significativamente", agregó Boric. En Viña del Mar, sectores de casas y automóviles permanecen carbonizados, donde el viernes miles de vecinos quedaron atrapados durante horas en el tráfico, tratando de escapar bajo una lluvia de brasas forestales.

Autoridades han dicho que la tragedia en la peor desde un potente terremoto de 2010 que dejó medio millar de muertos, cerca de 500.000 viviendas afectadas, dos millones de damnificados y arrasó ciudades costeras.

"Aquí no quedó ni una sola casa", comentaba Lilián Rojas, una jubilada de 67 años que vivía cerca del Jardín Botánico de Viña del Mar, que desapareció por el fuego, contó entre los escombros y cenizas del barrio. Para describir la agresividad y rapidez con que se propagaron los incendios el viernes en la tarde sobre zonas pobladas, Rojas contó que el fuego los sorprendió en cuestión de minutos: Veían humo de un foco lejano, se fue "un rato" a su habitación a ver televisión y cuando salió "a mirar afuera ya la gente estaba corriendo", añadió.

El fuego también obligó a detener la refinería Aconcagua, la segunda más grande del país, ubicada a unos 15 kilómetros al norte de la ciudad costera Viña del Mar, fuertemente afectada por los incendios.

El año pasado, potenciados por una ola de calor récord, los incendios dejaron una treintena de fallecidos y afectaron a más de 400.000 hectáreas en todo Chile.