Como saben, no soy meteorólogo sino aficionado. Ustedes han decidido confiar en la información de previsión que ofrezco. Esto no sólo me llena de gratitud sino de pasión: Paso varias horas al día consultando radares, mapas, buscando información en diarios locales, consultando foros de aficionados y profesionales, o simplemente sentándome a pensar en los factores que plantea un modelo para definir qué tipo de evento creo que puede ocurrir.
Estos últimos días estuvieron marcados, como hace un año, por la tragedia: Una vez más un evento meteorológico generó dos desastres, ambos con fatalidades y grandes pérdidas. Probablemente estemos frente a un cambio climático -a nivel regional mas allá del global-, no lo quiero asegurar sin tener las herramientas adecuadas. Pero “a ojo” mi sensación es esa. Hace casi 11 años que sigo eventos meteorológicos, y no puedo evitar sentir un incremento de la severidad en estos tiempos. Quizás -y ojalá- sea algo temporal, como una cresta en la ola, o tal vez sólo una sensación.
Pasillo de los Tornados de América del Sur
De todas formas, creo que en un contexto tan lamentable y trágico debemos seguir mejorando. La realidad nos muestra aquello que en general no se sabe y que ya los debo tener cansados con tanta repetición: Que tenemos las tormentas mas fuertes del mundo, que somos el segundo país con mayor cantidad de tornados, que la región central de Argentina (incluyendo Capital y GBA) forma parte del “Pasillo de los Tornados” de América del Sur, que se calculan mas de 500 eventos severos individuales al año (arcos, granizo grande, tornados, etc.) y muchas cosas más…
Y frente a esto, renuevo las reflexiones sobre la cultura meteorológica, que la considero fundamental para comprender y prevenirnos frente a este contexto severo en el que estamos. Ojo, no quiero decir que las fatalidades ocurridas en este y otros eventos sean por falta de cultura meteorológica; Primero los eventos severos causan muertes inevitablemente, y segundo, personalmente creo que el problema en estas inundaciones fue la falta de previsión y de acciones eficaces a nivel gubernamental. Pero estos son momentos de ayuda, de solidaridad, y por qué no de reflexión.
Seamos mas federales, conozcamos mejor nuestro contexto geográfico y climático, pensemos a nuestra zona como justamente eso, una zona, dentro de un país con muchas otras zonas, cada una con sus características geográficas, culturales y climáticas.
Seamos conscientes de las implicancias que puede traer un evento meteorológico en nuestras vidas. Esto no lo digo para provocar temor, creo que durante este tiempo les demostré que no tengo la menor intención de causar pánico o infundir miedo. Mas bien al contrario, por ejemplo cuando en algún noticiero confunden un alerta y dicen que es “para Capital y GBA” enseguida les aclaro que se equivocaron, y que ignoren ese alerta.
Por eso insisto con la frase que uso como cabecera de esta web, “sin miedo pero alertas“: Estar atentos y ser conscientes de lo que puede pasar no es tener miedo, es ser precavidos. Cuanto mas conozcamos climáticamente a nuestro País y nos veamos como una pequeña parte de él, cuando entendamos las imágenes de un radar o simplemente sepamos para qué sirve, o veamos el cielo buscando signos de lo que vendrá, nos sentiremos mas seguros y prevenidos. Tenemos miedo de lo desconocido. La mejor herramienta para frenarlo es conocer.
Y cuanto mas sepamos y menos miedo tengamos, mas cultura meteorológica tendremos, y pretenderemos mas de quienes manejan los organismos oficiales, una ciudad o nuestro País. Cuestionaremos con fundamento y seremos mas críticos con quienes nos informan. Demandaremos mas y seremos mas.
Por eso pido nuevamente que no tengamos miedo pero que sigamos alertas. Los eventos meteorológicos se están haciendo sentir mucho últimamente.