La Playosa es una localidad de la provincia de Córdoba que tiene cerca de 3.000 habitantes, y el domingo pasado vivió en carne propia las consecuencias de una tormenta severa. Las ráfagas de viento llegaron a los 126 km/h, causando daños devastadores.

La provincia declaró el lugar como "zona de desastre". El viento "destrozó 15 viviendas con voladuras de techos, empresas completas, al punto de que no quedó nada. La planta de reciclado fue destruida; lo mismo, techos de fábricas, además de los árboles y postes caídos", comentó a La Voz el intendente, Franco Villar. De a poco el pueblo -ubicado 43 kilómetros al norte de Villa María- intenta volver a la normalidad.

Si bien en La Playosa, la zona más afectada por el temporal, no hubo muertos ni heridos, en los Los Zorros, una localidad a poco más de 20 kilómetros de distancia, dos niños resultaron heridos por la caída de una rama y debieron ser trasladados al hospital Pasteur de Villa María: uno de ellos sufrió un traumatismo de cráneo leve y estará en observación, mientras que el otro, de 12 años, tuvo un neumotórax, por lo que permanecerá en terapia intensiva.

Los vientos severos se dieron en el contexto de una alerta amarilla que había sido emitida por el Servicio Meteorológico Nacional por tormentas fuertes para Catamarca, Córdoba, La Rioja, San Luis, Santa Fe, Chubut, Neuquén y Río Negro, además de una alerta amarilla por vientos fuertes para Buenos Aires, Chubut, Córdoba, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Neuquén, Río Negro, San Luis, Santa Fe y Santiago del Estero.

"En cuestión de minutos, el cielo se oscureció y el viento empezó a soplar muy, pero muy fuerte. Y arrasó con todo a su paso: árboles, postes, techos y hasta casas. No dejó nada", contó un vecino del lugar en diálogo ElDoce TV. Según publicaron medios locales, debido a los vientos también se decidió la suspensión de clases, mientras que las autoridades provinciales se trasladaron a la zona para evaluar de qué manera colaborar.

"De repente sentimos un golpe de viento y el techo se infló. Rápido buscamos un rincón de la casa porque sabía que se lo llevaban. Y arrancó limpio cocina, baño y dormitorio. Llovía con piedra, y veíamos cómo pasaban las cosas y las chapas de los techos vecinos encima de nosotros”, contó Edgardo Céliz, vecino del lugar, sobre los minutos de terror que vivió con su esposa y sus dos nietos en el norte de La Playosa.

Eduardo, tractorista en un campo, vive junto a su hermana. Las dos viviendas quedaron destruidas y ella además perdió todo lo que tenía en el almacén contiguo. "No nos queda otra que volver a empezar", se lamentó el hombre.

Según el intendente Villar, "es la primera vez" que el pueblo sufre una catástrofe ambiental de este tipo. En ese sentido, agradeció que ninguna persona tuvo que ser rescatada por personal del municipio: "Hubo como una especie de autoevacuación. Estábamos preparados porque nos habían alertado que podía haber tormentas severas, pero esto nos superó", concluyó.