Recién hace unos meses comenzábamos a estar bajo la influencia de La Niña. Y ¿ya se espera un regreso a El Niño? Todo parece indicar que sí, ya que el pronóstico del fenómeno ENSO de junio estima un 50% de posibilidades de que El Niño se desarrolle durante el final del invierno y principios de la próxima primavera.
Existe además, aproximadamente un 65% de posibilidades de tener a la anomalía presente para el verano. Como consecuencia de estas probabilidades, la agencia NOAA ha emitido ya una vigilancia por El Niño.
¿En qué condiciones estamos ahora? Estamos en punto neutro, el cual persistiría durante el invierno. La temperatura de la superficie del Océano Pacífico está cerca de la media en la mayoría de las áreas. La atmósfera es consistente con esto: Recordemos que las aguas más cálidas que el promedio tienden a evaporar más agua y calentar el aire sobre ellas, creando más movimiento ascendente y nubes que el promedio. Las aguas más frías provocan el efecto inverso (menor nubosidad).
Anomalía de la temperatura del océano (NOAA)
Durante un evento de La Niña como el que tuvimos el verano y comienzos del otoño pasado, hubo menos nubes sobre el Pacífico central, lo que demostró la respuesta atmosférica al Pacífico central más frío que el promedio de La Niña.
Qué se espera
La mayoría de los modelos de predicción esperan que la temperatura de la superficie del mar en el Pacífico tropical esté más de 0,5°C por encimad e la media para esta primavera, es decir, por encima del umbral para las condiciones de El Niño. Varios modelos estadísticos también predicen las temperaturas de la superficie del mar en el ámbito de El Niño a fines de la primavera.
Estos últimos modelos (los estadísticos) suelen ser más conservadores que los modelos de predicción, y el hecho de que ambos conjuntos estén en gran medida de acuerdo otorga cierta confianza a los pronosticadores.
Pronóstico de consenso para los próximos meses (NOAA)
La
temperatura por debajo de la superficie del agua del Pacífico ecuatorial ha sido elevada desde marzo, y se movió lentamente de oeste a este bajo la superficie. Recientemente, una segunda ola Kelvin reforzó las condiciones más cálidas que el promedio. El contenido de calor subsuperficial de mayo de 2018 es aproximadamente el 6 ° más alto desde 1979.
Igualmente, y para concluir, no olvidemos que aún falta correr mucha agua bajo el puente. Los vientos a lo largo del ecuador son difíciles de predecir con más de una semana de anticipación, y su dirección y fuerza pueden ayudar a El Niño tanto a desarrollarse como a debilitarlo. Los meteorólogos creen que las condiciones actuales son favorables para El Niño, por lo que se ha iniciado la vigilancia. Pero debemos seguir vigilando la evolución de las condiciones a medida que avance el invierno.
Seguiremos publicando cualquier novedad sobre el tema.
