Los escarabajos, miembros de la orden de insectos denominada Coleoptera, son uno de los grupos de animales más diversos del planeta. Con más de 350,000 especies conocidas, representan alrededor del 40% de todos los insectos conocidos y aproximadamente el 25% de todas las formas de vida en la Tierra.

Los escarabajos son conocidos por sus cuerpos duros y robustos, protegidos por una cubierta de alas rígidas llamadas élitros. Esta característica los distingue de otros y les proporciona una armadura natural que les permite sobrevivir en diversos entornos.

Estos insectos habitan en casi todos los ecosistemas del mundo, desde las selvas tropicales hasta los desiertos, y desde los hábitats de agua dulce hasta los bosques boreales. Son extremadamente adaptables, lo que les ha permitido colonizar una vasta gama de ambientes, salvo las zonas árticas. Algunos prefieren vivir bajo la corteza de los árboles, mientras que otros se esconden en el suelo, en flores, o incluso en cuerpos de agua, siempre y cuando no sea salada!.

Los escarabajos tienen una amplia gama de dietas, lo que les permite ocupar diversos nichos ecológicos. Algunas especies, como los escarabajos peloteros, se alimentan de estiércol, desempeñando un papel crucial en el reciclaje de nutrientes. Otros, como los escarabajos de las hojas, son herbívoros y pueden convertirse en plagas agrícolas debido a su capacidad de devorar grandes cantidades de plantas. También existen escarabajos depredadores que controlan las poblaciones de otros insectos.

La dieta de estos insectos abarca desde estiércol a plantas, dependiendo de la especie.

Se los considera supervivientes del tiempo, ya que son extremadamente antiguos: los fósiles de escarabajos datan de hace más de 200 millones de años, lo que significa que han coexistido con los dinosaurios.

Estos coleópteros poseen características muy particulares: algunos poseen una fuerza increíble, el escarabajo rinoceronte, por ejemplo, es conocido por su fuerza descomunal ya que puede levantar hasta 850 veces su propio peso, lo que lo convierte en uno de los animales más fuertes en relación a su tamaño. Otros, presentan colores fascinantes, por ejemplo los escarabajos joya, pertenecientes a la familia Buprestidae, son famosos por sus colores metálicos y brillantes, que varían desde el verde esmeralda hasta el azul cobalto. Estos colores no provienen de pigmentos, sino de la estructura de sus alas, que refleja la luz de manera única.

La bioluminiscencia es otra de sus fascinantes características: algunos escarabajos como los cucujos, son bioluminiscentes, lo que significa que pueden producir su propia luz. Este fenómeno es común en los escarabajos de la familia Elateridae, que usan la luz para comunicarse o disuadir a los depredadores.

Escarabajo rinoceronte, fácilmente reconocible gracias al gran cuerno frontal de su cabeza.

Los escarabajos han sido objeto de fascinación no solo en la ciencia sino también en la cultura humana. En el antiguo Egipto, el escarabajo pelotero (Scarabaeus sacer) era considerado un símbolo de renacimiento y estaba asociado con el dios del sol, Ra. En la actualidad, los científicos estudian a los escarabajos para entender mejor la evolución, la biodiversidad y hasta para inspirar nuevas tecnologías, como materiales más resistentes y robots.

Con su asombrosa diversidad, adaptabilidad y roles ecológicos vitales, estos insectos son una maravilla de la naturaleza. Desde su capacidad para habitar casi cualquier ambiente hasta sus increíbles adaptaciones físicas, estos pequeños nos continúan sorprendiendo y asombrando. La próxima vez que veas un escarabajo, acordate que estás observando a uno de los sobrevivientes más exitosos de la historia de la vida en la Tierra.