Un equipo internacional de investigadores ha descubierto un sistema binario, llamado D9, gracias a la información del Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral (ESO). Este sistema se encuentra en el cluster "S", una región densamente poblada de estrellas y otros objetos en órbita alrededor del agujero negro supermasivo Sagitario A*.
Un sistema binario está compuesto por dos estrellas que orbitan entre sí en torno a un centro de gravedad común. Si bien estos sistemas son comunes, hasta ahora no se había detectado en las cercanías de un entorno tan hostil como el de Sagitario A*, el agujero negro supermasivo que se ubica en el centro de la Vía Láctea. La inmensa gravedad de estos cuerpos normalmente desestabiliza estos sistemas.
Un sistema binario está compuesto por dos estrellas que orbitan entre sí en torno a un centro de gravedad común.
D9 es especial porque el sistema es muy joven (tiene tan sólo unos 2,7 millones de años), y la gravedad del agujero negro probablemente lo haga fusionarse en una sola estrella en menos de un millón de años. Florian Peissker, autor principal del estudio e investigador de la Universidad de Cologne en Alemania, indicó que "Los agujeros negros no son tan destructivos como pensábamos", gracias a este descrubrimiento.
Imágenes obtenidas del disco de acreción de Sagitario A*.
Esto significa que, incluso en un ambiente de fuerzas gravitatorias extremas, las estrellas pueden no solo sobrevivir, sino también formarse y gravitar entre ellas. Los astrónomos han desafiado previamente la creencia de que las regiones cercanas a un agujero negro son inhóspitas para la formación estelar. Ya se habían encontrado estrellas jóvenes cerca de Sagitario A*, pero esta es la primera vez que se detecta un sistema binario.
Este descubrimiento también arroja luz sobre los misteriosos objetos G, presentes en el S-cluster. Estos objetos parecen ser nubes de gas, pero podrían en realidad ser sistemas binarios que aún no se han fusionado, o restos de fusiones previas. Se espera que los próximos avances tecnológicos, como el GRAVITY+ y el METIS del Extremely Large Telescope (ELT) de ESO, permitirán observaciones más detalladas y posiblemente la detección de nuevos sistemas binarios y planetas en el centro galáctico.